16 de Julio.

Y quizás,
para entonces mi vena poética ya se haya ido,
y que entonces recuerdes estas palabras con amor.
Ahora, supongo que unas manos frías
no tienen el valor suficiente para dar abrigo a unas palabras tan poco dañinas.
Para decirte,
lo mucho que te quiero.
Y tantísimo por lo que te agradezco.
Por ser la luz que estaba ahí, al final del túnel que me ha guiado tantas veces.
En un futuro volveremos a repetir esta fecha y compartiremos sonrisas y abrazos el resto de los días.
Compartiremos hombro donde poder sonreír si queremos,
llorar si lo necesitamos.
Y hoy por hoy, sólo te pido que sonrías, que quieras, que te equivoques y vuelvas a intentarlo; que yo estaré allí para que después de caer, no tengas miedo a volver a volar.
Quiero que te preocupes menos y que sonrías más.